Un buen entorno de trabajo es fundamental para que un lugar de trabajo funcione bien y con éxito. La definición de un buen entorno de trabajo, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es un entorno de trabajo donde nadie está sometido a daño físico o mental.
Cada hora, cerca de 36.000 personas resultan lesionadas en el trabajo. En Europa, los fabricantes son uno de los sectores más afectados.
El ruido en el entorno de trabajo:
El ruido es por definición un sonido indeseable y molesto. En ocasiones es un sonido que sólo se percibe como irritante y en otras ocasiones es directamente dañino para el oído.
Es común que el tinnius o “zumbido en los oídos” y la pérdida de audición sean causados por logares de trabajo ruidosos. Un error típico es creer que los niveles de ruido inferiores a 80 dB (A) son inofensivos pero incluso éstos pueden causar daños permanentes. El daño es invisible y aparece progresivamente, lo que incrementa el número de casos no reportados por los afectados.
La eliminación o reducción del ruido en un lugar de trabajo mejora la rentabilidad. Cuanto más seguro y saludable es el entorno de trabajo, menor es el riesgo de que se generen costes por baja laboral ó accidentes. La empresa debe realizar mediciones para evaluar un posible riesgo y tomar las medidas preventivas adecuadas.
El soplado con aire comprimido genera ruido.
El ruido de sistemas neumáticos es común en la industria. Hay dos tipos de ruido de soplado. Uno de ellos es el ruido de impulsos que se produce al purgar el aire de válvulas y cilindros. El otro tipo se produce cuando se usa el aire comprimido para limpiar, enfriar, transportar o clasificar. Los ruidos se producen cuando el aire comprimido se expande al salir del sistema. Suele generarse un ruido fuerte.
El aire en el torrente sanguíneo es fatal
El aire comprimido es peligroso si se utiliza mal. Incorrectamente utilizado, el aire se puede introducir en el torrente sanguíneo y causar lesiones graves como infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Por este motivo, el chorro de aire comprimido nunca se debe dirigir al cuerpo.
El aire comprimido no sólo es aire. El aire comprimido es una corriente de aire concentrada con presión alta y velocidad alta que puede causar lesiones graves al operador y a personas que están cerca.
Un chorro de aire comprimido dirigido a la cabeza puede causar lesiones oculares graves o romper el tímpano del oído. El aire comprimido dirigido a la boca puede lesionar los pulmones y el esófago. El uso imprudente de aire comprimido para limpiar suciedad o polvo del cuerpo, incluso si se usan ropas protectoras, puede hacer que penetre aire comprimido en este, con el riesgo consiguiente de dañar los órganos internos.
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